viernes, 3 de febrero de 2023

MARUJA DE CINE

Skinamarink esa ‘película’ de terror experimental, y tan experimental, rodada con lo que costaría comprar un coche ha llegado a los cines americanos tras pasar por varios Festivales de Cine de Terror levantando una gran controversia, que no debería ser tal ya que las cosas o te gustan, porque entras al trapo en ese juego narrativo audiovisual o no te gusta y desearías arrancarle los ojos al director para que no haga más películas y pedirle al productor que te devuelva esos 100 minutos de vida que malgastaste viendo semejante espanto.

El título de Skinamarink procede de una canción infantil del grupo canadiense Sharon, Lois and Bram, creadores también de la canción infantil de “un elefante se columpiaba en la tela de una araña”. Aunque la canción original de 1910 se compuso para una obra de Broadway titulada The Echo de Charles Dillingham, compuesta por el letrista Felix F. Feist y el músico Al Piantodosi. Fueron Sharon, Lois and Bram en su programa infantil quienes le dieron mucha fama, tal que renombraron su programa con el título de Skinnamarink TV.

La ‘película’ escrita y dirigida por Kyle Edward Ball simplemente le ha quitado una n a la palabra para tomarla como título y esquivar demandas legales (imagino) para captar al espectador (sobre todo canadiense) y hacerle viajar a su infancia con él título. Buscando un símil sería como estrenar en España una peli de terror con el título de Había una vez, un circo… y viajaríamos a nuestra infancia con los Payasos de la tele. Al menos en mi caso, seguramente vosotros sois más de Bola de Dragón o Los Caballeros del Zodiaco.




Y esto me sirve como introducción para saber en qué terreno nos movemos y es en la vida de dos críos, dos peques llamados Kevin y Kaylee que despiertan una noche descubriendo con horror que su padre no está en casa, que ha desaparecido, al igual que han desaparecido las puertas, las ventanas e incluso el retrete.

El resto de la ‘película’, además de unos audios e imágenes de dibujos animados de los años 31, 35 y 35 (libres de derechos), son planos desde el punto de vista de los niños, planos eternos, algunos en ángulos imposibles, otros desenfocados o sobreexpuestos de luz y color con una duración eterna. Esta es la típica ‘película’ low cost que podría durar 80 minutos, e incluso 70, pero que gracias a su director y guionista dura 1 hora y 40 minutos para que te exploten los oídos por forzarlos o aumenten las dioptrías.

Había que rentabilizar a tope los 15.000 dólares canadienses (10.314 euros) con planos desenfocados y mal sonido que en algunos momentos incluso tiran del subtítulo para saber qué dicen en pantalla. Esto consigue que el espectador agudice la vista hasta el infinito (para ver algo que no existe) y su oído como si se tratara de un ninja asesino nivel experto.

Ya veis por donde voy, ¿verdad? YT las ‘’ para etiquetar este producto como película, y se debe a que me pareció en su momento esta tomadura de pelo que amas u odias, que no es mi caso, porque tampoco es que la odie, pero me parece una soberana tomadura de pelo que algo así consiga meterse en el circuito de la distribución en cines y encima haga taquilla, que la está haciendo en USA.

Debo aplaudir este fenómeno ya que desde La bruja de Blair o más recientemente la primera Paranormal Activity y otras joyas del found footage que no han llegado a nuestros cines como Horror in the High Desert de 2021, que me parece una absoluta maravilla por sus 20 minutos finales y por todo el planteamiento de este falso documental con ese excursionista que se pierde, y que os invito a que la busquéis donde sea y veáis, porque está realmente bien y se pasa miedo en el último acto, desde estas tres pelis no creí que se pudiera hacer rentable otro found footage tan arriesgado como Skinamarink.

Ayudó mucho a crear un hype en internet por esta película no sólo por su póster o siniestro tráiler, sino gracias a un error en la proyección online de un festival de cine en streaming donde la gente no sólo la pudo ver, sino que la pudo descargar a sus ordenadores antes de que se estrenara en cines. Esto ayudó muchísimo a crear ese lore sobre (lo siento, lo tengo que decir) este despropósito de experiencia audiovisual con una narrativa lenta tirando a muerta y cero guion. Que contenga diálogos, un puñado de texto no lo convierte en guion y mucho menos en una ‘película’.

Me reitero al decir que esto no es una película. Es una experiencia. Un corto alargado en 1 hora y 40 minutos para abocetar lo que podría ser una creepypasta, que tampoco está desarrollada, y de la que saldrás igual de desinformado antes que después de verla.

No puedo etiquetar Skinamarink como una película porque repito que no tiene guion. Cero guion. Es un montaje de planos eternos, dos o tres justos de manual, cero terror, incómoda de ver, por el sonido y el fuera de foco en la mayoría de los planos. Es una experiencia porque te la tragas de principio a fin como espectador porque has pagado una entrada de cine, pero esto, en el mundo real se llama “instalación audiovisual”, como cuando vas a un museo o a una Galería de Arte, en una exposición conjunta, y ves un plátano pegado a la pared con cinta americana.

Disculpadme pero eso no es arte, es un plátano pegado a la pared con cinta americana. Pues igual me ocurrió con Skinamarink. No es una película, es una instalación audiovisual o una experiencia en cine, pretenciosa y pedante hecha para esa gente snob que se quede alucinada y aplauda al plátano pegado a la pared con cinta americana.

Skinamarink es una cutrez visual y un castigo para el espectador.





Para Kyle Edward Ball esta es su primera película tras el corto Heck de 2020, que presentó en el Videoscream International Film Festival y que curiosamente, y siéntate porque te vas a quedar muerto o muerta al leer esto, es la primera versión de Skinamarink pero con un niño y su madre como protagonistas, y con una duración de 28 minutos al que le sobran al menos 15. Como está disponible en YouTube os dejo con el enlace del corto que incluso es mucho mejor que la película. No sólo por su duración, sino porque no está tan lleno de planos soporíferos enfocando NADA, aunque recurre a la misma estética de colores, mal sonido, imágenes fuera de foco y un largo etc, que repitió en Skinamarink, aunque aquí cambia a un final muchísimo mejor.

HECK Kyle Edward Ball 2020




Debemos tener mucho cuidado al ensalzar mediocridades como esta u otros tipos de fenómenos artísticos que pretenden demostrar el talento del autor, y defender el cine de terror de verdad ante instalaciones o vídeo arte como este Skinamarink de Kyle Edward Ball.

También me parece desafortunado el comentario del director cuando dijo que tendríamos que ponernos en nuestro yo de cuatro años para entender la película.

Kyle Edward Ball, querido, no tuve que nacer en Tatooine para entender La Guerra de las Galaxias, película que recuerdo plano a plano aún hoy día  a mis 51 años, cosa que no creo que suceda con Skinamarink de aquí a 5 meses porque la habré olvidado por completo.


En otro orden de cosas ¡por fin!, a 31 de enero tenemos la esperadísima respuesta de James Gunn y Peter Safran a los fans del universo DC para el nuevo Universo que va creando capítulo a capítulo arrancando con el primero de ellos al que ha llamado Dioses y Monstruos.

Para mi sorpresa Gunn y Safran nos han dado más de lo que esperábamos, y abre ese abanico encasillado en cuatro o cinco pilares de DC Cómics para abrirlo en un abanico de conocidos y desconocidos que deberán, en algún momento, cruzar sus vidas en ese universo como ya ocurre en Marvel casi desde sus inicios.

Además ha hecho algo más ingenioso aún, y es dar luz verde a que cualquier personaje, sea de una serie de animación, televisión o cine rompa las cadenas que le atan a ellas para saltar a otro formato. Así que puede que nos sorprendamos cuando veamos a un personaje de una serie hacer un cameo en una peli, o ver a un personaje de animación en imagen real dentro de una serie, o una película. Eso va a ser divertido y, como las campanas de las notificaciones, recordarle al espectador que está en el Universo DC, no en la película de un superhéroe, sino en un universo compartido por muchos de ellos.

Creo que la que más que me sorprendió, además de los nuevos e inimaginables proyectos como el de Creature Commandos contra los nazis, fue el encontrarme una rareza como la de una película de terror para La Cosa del Pantano. Aún tengo muy fresca la serie de 2019 creada por Gary Bauberman, que como ya sabéis en Cookies le tenemos amor/odio por su trabajo, producida por James Wan para The CW que no está ni en el catálogo de HBO Max. Una serie que funcionó a medias (a mí me encantó), con un cliffhanger final buenísimo para una segunda temporada que nunca llegó porque la cancelaron.

También me sorprendió los dos Batmans, ya que como comentó “Matt Reeves tenía cerrado un contrato para dirigir una película más”. Esto puede ser una frase mortal porque quizá no se rueden más películas de Batman con Robert Pattinson y sigan con el actor que interprete a Batman en The Brave and the Bold. Si esto es así la serie de El Pingüino podría vivir su minuto de gloria con una única temporada.

Pero también dejó claro que tanto el Batman de Reeves como el Joker y secuela de Todd Phillips son versos sueltos situándolas en los elseworlds (Otros Mundos) que es como se denomina en DC a esas películas. Además será un distintivo para continuaciones, en caso de hacerse un Batman Parte III, como también podría ocurrir con los Batmans que veamos en The Flash de Andy Muschietti, que desde ya os aseguro que no habrá otro Flash para Miller.

Así que tenemos a estos elseworlds que van ‘a su bola’ y que no le molestan a Gunn porque el nuevo DC es todo lo que vendrá de su mano y que nada o poco tiene que ver con lo anterior.

Imaginemos que The Flash va genial, y que a DC Studios le gustaría que Muschietti hiciera el guion de una película en la que confluyeran todos los Batman, un Batman folie de beaucoup o una locura de varios Batman, pues esa película sería de DC pero dentro del apartado elseworlds y fuera de la creación de James Gunn y Peter Safran.

Las películas rodadas hace eones (pero sin estrenar) se han convertido ahora en el prólogo del nuevo Universo conectando Shazam! 2 con The Flash, película que lo reiniciará todo y que dará pie a un nuevo personaje como es Blue Beetle que podría seguir en este nuevo Universo y por último Aquaman 2 que cerrará el arco antes de la presentación del nuevo Superman en Superman: Legacy. Si hicieran un Aquaman 3 porque la 2 fue un bombazo en taquilla y a DC Warner Bros. hay que taparles las deudas no dudéis que la harían dentro de las elseworlds.

James Gunn ya ha visto The Flash (de la que se rumorea tiene hasta 20 finales y aún no se deciden con cuál quedarse), y dijo de ella que era “Jodidamente increíble. Una de las mejores películas de superhéroes que he visto. Esperamos contar con ellos (Andy y Barbara Muschietti) en el futuro. Irían directos al elseworlds.

¿Quiere decir esto que nuestro Momoa/Aquaman seguirá dentro del universo DC y que por eso hace unos días salió la mar de contento de su reunión con Gunn y Peter Safran? Podría ser y no, lo que muchos aventuraron en Twitter como su salto al personaje de Lobo. Quizá no interprete a este personaje y sí contemos con una tercera película para cerrar el arco de este personaje.

Es más factible contar una vez más con Momoa que con Ezra Miller de quien dicen ahora maravillas y le dan todo su apoyo pero que veremos si lo mantendrán cuando se estrene The Flash, de la que muchos dicen ya que será un éxito en taquilla aunque sólo sea por el morbo que se ha producido durante su rodaje, post-producción, delitos del actor y un larguísimo etc. Flash ya ha sido interpretado por otros actores, y Miller se ha cargado su propia carrera dejando otra película por estrenar, imagino que la retienen hasta que se estrene The Flash y sea un éxito, como es Daliland de Mary Harron con guion de John Walsh en la que Ben Kingsley interpreta a Dalí, Ezra Miller al joven Dalí y Barbara Sukova (Ruido de fondo, Servant o Hunters) interpretará a Gala esposa y musa de Dalí. Daliland finalizó su rodaje el 8 de mayo de 2021 y tenía fecha de estreno para el 18 de julio de 2022 que… no se estrenó. Y sigue sin estrenarse ni tiene fecha de estreno. The Flash se estrenará en junio. Apostaría a que a la vuelta del verano lo hará Daliland.

Y como la actualidad es así, sigo sin poder hacer la sección que tenía en mente, pero no me desagrada porque de lo contrario os tendría que hablar de ese TV Movie tan chulo que ha dirigido M. Night Shyamalan y de la colleja que le daría a Steven Spielberg por vendernos “postales de su pasado” como si fuera una gran e interesantísima historia que me pareció de lo más aburrida. Os libráis de eso.

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