El éxito de los temas paranormales han vuelto a resucitar un clásico como es Terror en Amityville de 1979, que contó con varis entregas y que volvió a tener un remake en 2005 con el título en España de: La morada del miedo, de la que es mejor olvidarse pese a lo guapérrimo que salía en ella Ryan Reynolds.
Ahora es Amazon MGM Studios y The Safran Company (sí, Peter Safran otra vez como productor de otra historia paranormal), quien quiere llevarla otra vez al cine (y no a Prime Video) con la dirección de David F. Sandberg (foto), quien tras Nunca apagues la luz, Annabelle: Creation, las dos entregas de ¡Shazam! y su vuelta al terror con un éxito moderado con la adaptación (de aquella manera) del videojuego Until Down vuelve a convertirse en un director a tener en cuenta gracias a su forma rápida de trabajar e incluso de crear los efectos especiales.
Este proyecto podría ser el primero en la agenda de Sandberg, posponiendo su proyecto Below, con el que lleva arrastrando desde el 22, en la que nos contará la historia de un hombre que intenta enderezar su vida tras salir de la cárcel, con un trabajo de lo más misterioso que le llevará a buscar formas de vida ocultas entre nosotros.
Para este proyecto tenía el apoyo de Atomic Monster de Wan, Netflix y de Vertigo Entertainment.
Lo curioso en esta nueva versión de Terror en Amityville es que contará con dos de los guionistas de Expediente Warren: El último rito: Ian Goldberg y Richard Naing, quienes han dicho que la historia es una reimaginación de la historia original, que ya en su momento, en 1979, fue la adaptación de la novela de Jay Anson: Aquí vive el horror: La casa maldita de Amityville publicada en 1977.
No sé si estás al tanto del pequeño lío que se montó (en la vida real) entre Anson, el matrimonio de George y Kathleen Lutz, propietarios de la casa del 112 de Ocean Avenue y el matrimonio Warren que también se pasó para hacerles una visita con el maletín pesado.
Los Warren, que se olieron el "aquí hay tomate" fueron de los primeros (tras salir los Lutz en varios programas de televisión), en presentarse en la casa embrujada con la idea de "exorcizarla" sin cobrar nada a cambio de quedarse con los derechos para escribir un libro más tarde. En ese momento fue cuando entró Jay Anson, que por aquel entonces era un productor de documentales que vio también el negocio con el matrimonio Lutz y que fue más rápido que los Warren al ofrecerles beneficios si le daban la exclusiva para escribir una novela sobre su caso y un guion cinematográfico. Los Lutz prefirieron la pasta a la "profesionalidad exorcizadora" del matrimonio Warren.
La novela de Anson siempre tuvo detractores ya que muchos de los testigos, testigos que conocían al matrimonio Lutz, aseguraron que se habían inventado la mitad de lo ocurrido, por no hablar de la parte creativa que sumó Anson a su novela.
En resumen: Se forraron los Lutz, se forró Anson, los Warren se quedaron sin caso y Terror en Amityville se convirtió en un clásico y en una franquicia de la que seguimos hablando cuarenta y ocho años después de la publicación de la novela.

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