Taylor Sheridan es un nombre que sólo les sonará "a los muy cafeteros en series" porque, y pese a que también ha trabajado en la industria cinematográfica como actor, en realidad su baza es la de guionista, director y productor.
Sheridan fue guionista de Sicario y su secuela Sicario: el día del soldado, Comanchería, Wind River y sobre todo por ser el guionista y creador de las series 1883, El último cowboy, Lioness, Yellowstone, Landman: Un negocio crudo, 1923, Mayor of Kingstown o Tulsa King.
Con este currículo es normal que cuando NBC Universal le hizo una oferta de contrato de 5 años, pagándole 1.000 millones de dólares para desarrollar proyectos de cine y televisión hasta 2029, el hombre saliera como un cohete de Paramount para firmar el contrato con Universal.
Este actor que tras 15 años trabajando en Hollywood se dio cuenta a sus 40 años que siempre sería el típico actor de serie B musculoso que sale de fondo llenando pantalla, comenzó a escribir a esa edad y lo cierto es que se le dio muy bien por lo que acabas de leer.
Tras llamar la atención de todo el mundo en la industria con su primer guion: Sicario, dirigida por Denis Villeneuve, al tercer guion Paramount le contrató en exclusiva para desarrollar series que fueron éxitos instantáneos para la plataforma, creando además una saga como es Yellowstone con sus dos precuelas: 1883 y 1923 (y 1944, tercera precuela que viene en camino)
Gracias a esto, Sheridan no sólo trabaja como guionista sino como productor, director y actor... aunque siga siendo un actor de serie B, guapo y musculoso a sus 55 años.
Será bueno ver qué desarrollará para Universal, y espero que sea para cine, porque en televisión lleva secuestrado desde 2018.
No obstante, Paramount no le echará de menos porque tiene en desarrollo más series creadas por Taylor Sheridan para estrenar y en desarrollo como: Y: Marshals, F.A.S.T., The Madison, The Dutton Ranch, Olympus, 6666 y la mencionada 1944. Como guionista este hombre es una máquina.
La última noticia que conocemos de Taylor Sheridan, fechada el 30 de octubre por The Hollywood Reporter, es el anuncio de que escribirá y producirá la película del videojuego Call of Duty. Un poco alejado del mundo de los cowboys que tanto ha explotado en su Sheridanverso de Yellowstone.
Mucha voces de la industria (y otras que no lo son) prefieren que sea Netflix quien compre Warner Bros., pero los que saben de este tema, los expertos de verdad y los que saben más que yo, que sigo esta compra con la persistencia de un acosador, proyecta un futuro poco halagüeño para el audiovisual (y para nosotros como espectadores) en caso de que el comprador sea Netflix, quien como bien sabes se gasta lo mínimo en promocionar sus productos en salas comerciales.
Por esto mismo que Netflix adquiera Warner Bros. Discovery no sólo sería devastador para la propia WBD, sino que afectaría a la exhibición cinematográfica tal y como la conocemos.
Si eres de los que piensas que esto sería lo mejor que le podría pasar, es que estás desconectado de la realidad, como cuando dijeron hace unos años que David Zaslav conseguiría que WBD volvería a ser grande, y lo que consiguió fue no detener en años la hemorragia de la deuda que arrastraba y que sigue aumentando, aún cortando cabezas a diestro y siniestro, y borrando películas ya finalizadas o vendiéndoselas a terceros.
Ten una cosa clara: a Netflix el cine, los cines, le importa tres pimientos. Lo que quiere Netflix es que la gente esté en sus casas viendo cine en su plataforma. Tenlo muy presente.
Por otra parte, de adquirir WBD sería un cambio tremendo a esa política de Netflix ya que de golpe y porrazo conseguirían un ahorro de dinero brutal al poseer las licencias, miles de millones de licencias anuales de pelis y series de WB y de HBO, y todo el flujo de suscriptores de plataformas se redireccionarían hacia ella, aunque tuvieran que estar pagando de por vida la hipoteca contraída por comprar WBD.
Y además se acabaría su competencia. No tendrían ninguna competencia con otras plataformas debido al volumen de contenidos que amasarían, además de poseer las propiedades intelectuales (las IPs) para explotar a su gusto, y para retirar de otras plataformas rivales series y películas de su (futura) propiedad. Si quisieras verlas tendrías que pasar por el aro de suscribirte a Netflix o comprar el DVD, en el mejor de los casos.
Con este poder (que ni Palpatine habría imaginado) Netflix podría incluso doblegar el poder de los estudios y de las salas de cine definiendo unas nuevas reglas de exhibición, lanzándonos a todos a una nueva era para la industria del entretenimiento.
En la actualidad y con el volumen de producción que tiene los estudios, ya es duro conseguir un hueco para estrenar todo ese volumen de películas que genera la industria, por no hablar de las inmensas inversiones que hacen los cines para seguir siendo competitivos y para mantenerse a flote, o para poder proyectar la película de un director excéntrico como Nolan, quien obliga (en algunos casos, es verdad, e incluso nos dice dónde sentarnos en la sala de cine), a ver su película en un formato específico porque la rodó así y no con un móvil "SamsiPhone" en vertical.
Imagina ahora que desaparecieran de un plumazo 10 grandes estrenos anuales, que era el volumen de WBD en cines. Para la mayor sería imposible recaudar lo que hizo en años anteriores porque irían directas a la plataforma, estrenos directos en Netflix. Por este motivo, otras plataformas que ven que se les va el dinero por estrenar en streaming, han subido sus suscripciones, o se han inventado nuevas suscripciones para que, por 1 o 2 euros más al mes no veas publicidad durante las películas o series.
Sin películas taquilleras (los conocidos como "tentpoles" americanos), no se sostendrían los cines y mucho menos los grandes estudios. Todo esto, mientras los costos en las salas de cine y en la producción cinematográfica siguen subiendo.
Netflix no está (ni lo estará) comprometido con la distribución cinematográfica en cines. Nunca lo ha cheho y cuando lo hace es a regañadientes para optar a premios de la industria. Ahí tenemos el menosprecio que hizo con el estreno de Frankenstein de Guillermo del Toro, que al ser un estreno limitado no hay una cifra oficial para que sepamos en cuántas pantallas se está proyectando antes de llegar a la plataforma este viernes 7 de noviembre. Pero investigando he dado con la respuesta: aproximadamente en 54 cines de España. Una miseria.
Por ponerte un ejemplo, Lilo & Stitch, de la que tampoco tengo una confirmación oficial pero sí una media como ocurre con todos los productos Disney, suele proyectarse en una horquilla de entre 300 y 500 salas de cine, y en algunas ocasiones supera esas 500 copias. En el caso de Frankenstein, como te acabo de comentar, sólo en 54 salas en España.
En Netflix a esto lo llaman estreno limitado o distribución muy selectiva, como si se tratara de algo especial que hacen sólo para ti, pero no te engañes porque lo hacen por su propio interés, y como ya te he dicho, para que la película pueda optar a premios de la Academia de Cine Americana o a otros galardones internacionales..
Por el momento... Netflix no ha hecho una oferta por Warner Bros. Discovery, pero lo que sí que ha hecho es contratar al mismo banco que asesoró a Skydance antes de comprar Paramount. Sí, la Skydance de David Ellison, el de Paramount y quien ya ha hecho 3 ofertas para comprar WBD, una de ellas tan jugosa que hasta dejaba a David Zaslav como co-CEO de la futura Warner Bros. Discovery.


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