Este viernes se estrena el reinicio de una nueva
trilogía basada en El Exorcista, dirigida por David Gordon Green, quien
además firma el guion junto a Peter Sattler, guionista de Camp X-Ray y
un cortometraje. Una carrera corta que además une con la dirección de estas dos
últimas y la de Broken Diamons (2021) con guion de Steve Waverly. Lo que
quiero decir es que es un autor con poco CV y con mucho espacio en blanco entre
sus obras. Ojo que también colaboró en la historia Danny McBride, más conocido como actor que como guionista, y con
quien además D.G.G. trabajó en la trilogía de Halloween.
El Exorcista: Creyente ya ha tenido varios pases de prensa y os podemos
decir que es… no muy mala pero sí lo que nadie esperaba: una película mala. Y
sobre todo porque bebe de cosas que ya vimos en la serie de Halloween,
en las dos últimas, y que hicieron que esta serie se fuera al garete gracias a
D.G.G.
Me refiero a que al igual que en Halloweenn, que era una historia más intimista (asesino y víctima), la abrió a las multitudes, a los medios y eso también ocurre aquí,
con una puesta en escena coral y además apoyándose en la comunidad. Comunidad
en cuanto a la gente que vive en ese sitio. Como cuando ves un True Crime y la
policía dice sobre el asesinato: “esta es una comunidad muy unida, nos
conocemos todos y por eso nos impactó tanto la muerte” de tal persona… David
Gordon Green vuelve a apoyarse en "la comunidad” y a lanzar mensajes que dices…
¿son necesarios que se posicionen en contra del aborto? ¿Esta peli es de
posesiones o de abortos?
Pero para llegar a esto, para disfrutar del final que es fuerte, hemos pasado
antes por una primera hora aburridísima donde conoces a muchos personajes y
donde se detienen más con los padres que con las niñas (poseídas), con unos cuantos jumps
scares que son de verdad para asustarse, pero porque te revienten los oídos con
el sonido y no por lo que ves en pantalla.
¿Qué ocurrirá con ella, con esos 400 millones que han pagado a D.G.G para rodar
una trilogía? Pues la verdad es que no lo sé, pero esta película no creo que
sea lo taquillera que esperan. No creo que arrase en su primer fin de semana
pese a las ganas que tiene la gente de ver a niñas posesas vomitando. No lo
creo. Saldréis del cine Creyendo que habéis visto dos películas fusionadas en
una (fue una mala idea rescatar a Ellen Burstyn) y con un regusto de moralina
americana donde a cualquier tema de debate, sea la política, el diablo, los ovnis
(ahora FANIS: Fenómenos Aéreos No Identificados), la alimentación o la moda
siempre acaban incluyendo la muleta de la Fe para entender lo que es. Si no meten la Fe en los cereales plantados por los primeros colonos que evangelizaron el país, no es lo mismo.
Os juro que esperaba más de esta película pero no ha sido así. No hay terror,
no hay clímax, es políticamente correcta e incluso hay momentos incómodos y
absurdos. No aporta nada nuevo.
En este vídeo que os dejo el propio director dice que el rodaje del clímax final
fue como correr en una maratón. Y tiene toda la razón, porque del intimismo que
vimos en la original pasamos al exorcismo en una habitación llena de gente donde sólo falta
un vendedor ambulante ofreciendo bocatas de tortilla y cervezas.
Podéis dormir tranquilos que no pienso hacer un comentario con spoilers sobre esta película.
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