Este mes se estrena una producción española de animación titulada Momias en la que se nos cuenta la
existencia de una ciudad que hay en lo profundo de nuestro planeta, donde viven
momias que deben aventurarse en la superficie para buscar un anillo de bodas
encontrado por un arqueólogo.
Esta historia nos da pie para hablar de una de las más grandes civilizaciones
que el mundo haya conocido, porque antiguamente existían ciudades mucho más
majestuosas que cualquiera de las que ahora tenemos, y hay pruebas de ello,
como las cabezas de moáis en la Isla de Pascua, los monolitos célticos de
Stonehenge, el coliseo romano o el Partenón de Grecia. Pero sobre todas ellas
destacan la civilización bíblica a la que llegó Moisés para liberar de la
esclavitud a su pueblo, aquella que construía gigantescas pirámides y esfinges,
la que escribía con emojis de pájaros, ojos y personas puestas de lado con una
mano hacia adelante y otra hacia atrás. Los egipcios, con sus tres mil años de
historia antigua. Vamos, lo que dura una pausa de publicidad en Antena 3.
Hay muchos aspectos que destacar sobre esta gran (a pesar de sus métodos de
esclavizar a la gente para construir sus casitas triangulares, aunque hay quien
dice que recibían apoyo de extraterrestres porque bien es cierto que ni con la
tecnología actual se podrían construir unas pirámides como esas, luego
escribiremos sobre ello).
Y ya que la película que se estrena va de momias, ¿qué tal si os contamos el
proceso de momificación? Es muy divertido. Primero le hacían al faraón (o
faraona) muerto un corte lateral en la panza para sacarle las tripas, luego
limpiaban el interior para rellenarlo de resinas y unos polvos que mantenían el
interior reseco, y los órganos que le habían sacado también eran resecados y
metidos en recipientes de madera o cerámica con la forma de dioses que
protegerían esos órganos para la eternidad.
Con un cincel y un gancho extraían el cerebro por la nariz y luego metían
bolsas con serrín y otras cosas para que la piel no se arrugase. Después
envolvían el cuerpo con tiras de lino sumergidas en conservantes, es decir, que
no eran vendas de hospital, y luego se introducían entre ellas joyas y amuletos
para supuestamente proteger su alma. Luego ya se enterraba con los honores
correspondientes y hala, a seguir palante.
Ese es solo uno de los aspectos curiosos de esta civilización, hay muchos más,
pero resumámoslos en forma de películas, hablando sobre todas las veces que
hemos visto a los egipcios en pantallas, grandes o pequeñas. A los antiguos, me
refiero, a los actuales puedes verlos yendo a Egipto y por allí andan.
Las primeras referencias del cine a esta civilización las encontramos en los
cortometrajes de Georges Méliès El
oráculo de Delfos y El monstruo,
de dos minutos de duración cada uno. Después encontramos la primera película de
larga duración sobre una de las faraonas más legendarias, de la que hablaremos
luego. Pero vamos por partes.
La Biblia, ese libro tan leído y estudiado por muchos, y probablemente
manipulado miles de veces para modificar su contenido al gusto de ciertas
instituciones que no voy a nombrar, hace referencia a Egipto contándonos la
historia de Moisés, aquel niño que nació a Egipto y llegó a manos de los
faraones navegando en una cesta sobre un río, para ser criado por ellos y ver
cómo esclavizaban al pueblo judío del que provenía. Moisés fue aquel que
escuchó la voz de Dios directamente de una zarza que se estaba quemando (o
igual eran una planta de ayahuasca, vete tú a saber) y que hacía milagros con
un bastón mágico. Ante la negativa del faraón a liberar a su pueblo, Moisés
desató las famosas siete plagas, el agua se tiñó de sangre, las ranas,
langostas (no las de marisco, las otras, que son como saltamontes) y mosquitos
invadieron el aire y la tierra, el ganado falleció, la gente enfermó y, por
fin, los primogénitos de los egipcios fallecieron. Fue entonces cuando el
faraón liberó al pueblo, pero les persiguió para asesinarlos, y entonces Moisés
abrió el mar Rojo por la mitad como si fuera un bocadillo y bla, bla, bla.
Mejor podéis ver toda esta historia en películas en el corto L'Exode, de 1910 y
en las varias versiones que se hicieron de Los
diez mandamientos, la más popular la que protagonizó Charlton Heston en
1959, dirigido por Cecil B. DeMille, la versión de Ridley Scott en Exodus dioses y reyes, y la versión
animada de Dreamworks, titulada El
príncipe de Egipto, con canciones y escenas tan espectaculares como esta:
Otra historia menor que podemos encontrar en la Biblia es la de José, un joven
con la capacidad de tener sueños que predecían el futuro y al que su padre
regaló un manto multicolor por ser su hijo favorito. Posteriormente, gracias a
esa capacidad y su fortaleza de carácter consiguió convertirse en gobernador
del imperio. Esta historia también está contada en formato de animación en el
film José y el manto multicolor,
producción australiana del 2000.
Como escribí antes una de las faraonas más legendarias de Egipto fue la
gobernante Cleopatra, que además era
diplomática, comandante naval, lingüista y autora de tratados médicos. Dice una
leyenda que se bañaba en leche de burra para mantener su piel joven, y su
reinado está lleno de batallas por el poder, de invasiones de territorios,
matrimonios y divorcios, en fin, ya sabéis cómo es la vida de las faraonas.
Sobre ella se han hecho numerosas películas, americanas, italianas y hasta
japonesas, incluso los creadores de Astérix y Obélix la incluyeron en una de
sus aventuras, ya que siempre andaba liada en asuntos romanos. Hay películas de
todo tipo, cómicas, dramáticas, épicas y hasta alguna con menos ropa de la
necesaria, pero de todas ellas, sin duda la protagonizada por Elizabeth Taylor
y Richard Burton, dirigida por Joseph L. Mankiewicz y con la nada desdeñable duración
de 4 horas. Y posiblemente, la más espectacular de todas a nivel escénico. Cabe
destacar que se prepara una nueva versión con la Wonder Woman Gal Gadot como
protagonista.
Otra de estas reinas, anterior a Cleopatra,
bastante popular en la mitología fue Nefertiti,
al parecer una bella mujer a la que su marido el faraón construyó templos en su
honor, probablemente como los demás, con esclavos y toda la movida. Podéis ver
su historia ficcionada en las películas Nefertiti,
reina del Nilo, de Fernando Cerchio, Nefertiti
de Guy Gilles y en la próxima Hereje
de Ignacio Oliva. Volviendo al tema anterior, el de las momias, hay un buen lote de películas
principalmente de terror, ya que el personaje de la momia fue agregada al grupo
de monstruos clásicos de la Universal junto a Drácula, el hombre lobo, el
monstruo de Frakenstein, el hombre invisible y el monstruo de la laguna negra.
El tema es que todos estos faraones momificados tenían unas inscripciones en
sus templos y ataúdes, que suponían una maldición para aquel que abriese la
tumba en busca de tesoros, lo que conllevaba que la momia despertase y empezase
a cargarse a la peña a base de sustos y estrangulamientos, aunque en versiones
modernas también controla la arena del desierto y a una serie de demonios que
les sirven como guerreros. Tenemos ejemplos de películas como Los
ojos de la momia de Ernst Lubitsch, La
maldición de Tutankamón de Philip Leacock, La sombra del faraón de Russell Mulcahy, las dos entregas de La Momia de Stephen Sommers, La momia de Álex Kurtzman, un misión
imposible de Tom Cruise con monstruo egipcio incluido y a dos actores de los
grandes tiempos de la Universal, Boris Karloff y Christopher Lee, interpretando
al monstruo en sendas películas de La
Momia una de 1932 y otra de 1959.
Otro aspecto de las películas sobre Egipto son aquellas correspondientes al
género del peplum, basado principalmente en las películas de romanos, pero que
también incluían de vez en cuando historias ambientadas en parte o todas ellas
en el reino de las pirámides, En este caso tenemos tres títulos con el
personaje de Maciste, un clásico del
género, a veces sustituido por Sansón, enfrentado a reinas malvadas en El gigante del valle de los reyes y El triunfo de Maciste, y a otro
guerrero Arión, tratando de evitar una guerra civil en Egipto por hacerse con
el tesoro de los faraones en El león de
Tebas. Hay que destacar que en estas películas, mayormente de producción
italiana, los héroes siempre iban aceitados (no afeitados, que también) hasta
las cejas.
Existen también dos versiones sobre la ópera Aída de Giuseppe Verdi, sobre una
princesa de Etiopía que es llevada a Egipto como esclava, donde enamorará a un
comandante militar que es, a su vez, objeto de las pasiones por parte de la
hija del faraón. Una versión fue televisiva y la otra cinematográfica,
protagonizada por la mejor candidata posible, la italiana Sofía Loren.
Y aparte de todas estas películas también puedes encontrarte la adaptación de Sinuhé, el Egipcio por Michael Curtiz,
el film de aventuras A través de la
pirámide mágica de Ron Howard, todo un clásico que realizó Howard Hawks Tierra de faraones, Hatshepsut, la historia de la primera
faraona egipcia, dirigida por Sonia Machado-Hines en formato cortometraje, la
aventura de Tintín Los cigarros del
faraón, y las más conocidas Ágora
de Alejandro Amenábar sobre la historia de Hipatia de Alejandría, la primera
científica del mundo. Dioses de Egipto
de Álex Proyas, un film bastante olvidado a pesar de tener un reparto
interesante con Gerard Butler, Geoffrey Rush y Chadwick Boseman, sobre batallas
entre dioses que decidían el destino de los humanos.
Para terminar la referencia más reciente que tenemos sobre el antiguo Egipto es
la serie de Marvel Caballero Luna
que nos ha traído esta especie de Batman con vendas, destinado a formar parte
del Universo Cinematográfico Marvel en un futuro cercano. La primera temporada
prometió mucho, veremos si hay más o si la pantalla grande termina acogiendo a
este héroe de doble personalidad.
Y con el tráiler de esta serie os dejamos por ahora. Basta ya de tanto Egipto y
tanto desierto. Va siendo hora de sentarnos y pasar un rato haciendo algo
juntos, pero eso ya será el próximo mes, en el que, si nada lo impide,
hablaremos de juegos de mesa.
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